domingo, 15 de agosto de 2010

Cuando...por MB

Cuando me amé de verdad, comprendí que en cualquier circunstancia yo estaba en el lugar correcto, en el momento exacto, entonces me relajé. Hoy se que eso tiene nombre, AUTOESTIMA.

Cuando me amé de verdad, me dí cuenta de que mis angustias y sufrimientos emocionales, no pasan de ser una señal de que voy en contra de mis verdades. Hoy se que eso es AUTENTICIDAD.

Cuando me amé de verdad, comencé a entender como es ofensivo forzar alguna situación o a alguien para lograr mis deseos, aún sabiendo que no es el momento o que la persona o inclusive yo mismo no estamos preparados. Hoy se que el nombre es RESPETO.

Cuando me amé de verdad, comencé a despojarme de todo lo que no fuera saludable: personas, tareas, todo y cualquier cosa que me desanimara. En principio mi razón me llamó la atención acerca de esa actitud de egoísmo. Hoy se que se llama AMOR PROPIO.

Cuando me amé de verdad, dejé de temerle a mi tiempo libre y de hacer grandes planes. Abandoné proyectos a muy largo plazo. Hoy hago lo que considero correcto, lo que me gusta cuando quiero y a mi propio ritmo. Hoy se que eso se llama SIMPLICIDAD.

Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la verdad y con eso cometí menos errores. Hoy descubrí la HUMILDAD.

Cuando me amé de verdad dejé de revivir el pasado y de preocuparme por el futuro. Ahora me mantengo en el presente que es donde la vida ocurre realmente. Hoy vivo un día a la vez. Eso es PLENITUD.

Cuando me amé de verdad, entendí que mi mente puede perturbarme y decepcionarme, pero cuando la coloco al servicio del corazón se torna en una enorme y valiosa aliada. SABER VIVIR.

Mario Blasco

Playa del Postiguet, Alicante, 2009


Estas palabras las encontré en un cuaderno de mi papá, hace unos días, mientras organizaba un poco las cosas de la mudanza. Para mi es gratificante leer algunas frases, porque muestran el cambio interno que ha podido hacer en ese, su pequeño y gran mundo. Alicante.